miércoles, febrero 27, 2008

Pescado

Entre los restos del naufragio que fue el palme de mi disco rígido, encontré este pequeño relato escolar que algun@s conoceran y otr@s no, ya que anduvo circulando por mail… para no exponerlo a otro naufragio, y por que no se me ocurre otra cosa, lo cuelgo, espero les agrade. Yo, endemientras Julia no cumpla su promesa de sumarse al blogger, iré pensando alguna otra cosa…



En la época del secundario, tenía esa cualidad que tiene “el chavo del ocho” de seguir hablando, o haciendo cosas fuera de lugar, después de que todos los demás hubieran terminado.


Estudiaba en una escuela técnica, nocturna, de las que dos veces por semana cuentan con doble escolaridad; es decir, íbamos a teoría todos los días a la noche y dos veces por semana íbamos a “taller”, por la mañana o por la tarde.


No me acuerdo bien si fue en cuarto o quinto año que nos tocó hacer los dos turnos de taller en un mismo día (mañana y tarde). Pero sí recuerdo vivamente tal calvario: después de haberme acostado a las doce de la noche (como temprano), al día siguiente debía despertarme antes de las seis de la mañana, para llegar a Quilmes siete menos veinte y pasar todo el día en la escuela, y volver a casa, destruido, a la doce de la noche.


Toda esta introducción fue en poz de que imaginen el estado de agotamiento con que llegaba a las últimas clases vespertinas de ese largo día… por estar en ese estado, pasó lo que pasó...


Habrá que aclarar que habían algunas “estrategias” para “evitar la fatiga”: o se faltaba a la mañana, o a la tarde, o a la noche, u otras combinaciones de estas tres opciones, y se concurría a los cursos restantes, es decir, casi nunca se concurría a los tres turnos del mismo día. Sin embargo, extrañamente -sería por que me quedaban pocas faltas- ese día estaba en la escuela desde temprano...


Para colmo, a la noche, una de las últimas clases era la de un tal Sagio, a quien todos llamaban “pescado” por sus ojos extremadamente saltones. Personaje a quien pocos querían, o nadie -no me acuerdo por que-, lo cierto es que sus clases eran un embole, y que tenía mucha cara de pelotudo, nada que ver con la foto del post…


Justamente, lo que les paso a contar sucede durante la lentísima clase del pescado.


El aula estaba casi vacía y, como dije, la clase no estaba muy entretenida que digamos. Yo, en estado de “semi-sopor”, me puse a dibujar una especie de curva sobre el pupitre, sin saber bien a lo que iba a llegar.


Poco a poco, el dibujo empezaba a tomar forma. Habrá que preguntarle a algún psicólogo por que mi inconsciente me llevó a dibujar un anzuelo...pero no viene al caso...la cuestión es que ahí estaba, estaba perfecto el anzuelo… y no se me ocurre mejor idea que escribir, debajo del anzuelo, la frase: “Te vamos a enganchar, Sagio”.



Grande fue mi sorpresa cuando escucho, como salida de ultratumba, la voz del profesor diciendo “¿vos y cuantos mas me van a enganchar?”. Yo, por lo dormido que estaba, no me di cuenta de que “pescado” había estado todo el tiempo al la do mío, presenciando el proceso creativo. Me quería matar, revisé mis bolsillos para ver si encontraba algo así como el anillo de Saurón o cualquier otra cosa que me pudiera hacer desaparecer por arte de magia, pero fue en vano. Por los nervios no me acuerdo que dijo o hizo el profesor, solo recuerdo las risotadas de uno de mis compañeros (ya conocen a Ganzo) que llegaban desde el patio de abajo; se había ido corriendo para poder reír y revolcarse en el suelo con mayor libertad.


Para terminar de embarrarme, mis compañeros tomaron el feo hábito de dibujar un pescado gigante en el pizarrón todos los días que teníamos clase con este profesor, y lo firmaban con mi nombre: el tipo entraba al aula, veía un pescado grande como todo el pizarrón, y decía: “Muy bien Marini, Muy bien...”


Pensé que no aprobaba nunca más su materia. Pero solo me la llevé a diciembre. Tuve suerte: en diciembre el pescado se enfermó, y nos tomó el recuperatorio otro profesor; si no, todavía la estaría tratando de dar.


Todo quedó en un “parte de amonestaciones” por dañar el mobiliario escolar (la historia data de la época en que existían las amonestaciones).


Fin

sábado, febrero 16, 2008

Peli: Mar abierto

No me canso de repetirlo, el arte no tiene por que ser realista, ni mucho menos bello; solo las visiones más ingenuas (naïf) pueden pensarlo así.

Las más rancias (y difundidas) teorías de la música definen a esta como “el arte de combinar los sonidos, etc.”. Y lo único que podría hacer admisible semejante simplismo sería aclarar que “arte es todo aquello que busca [en sus diversas instancias de concepción, realización y exhibición] generar diversos estados de ánimo en el espectador…”


Diferentes estados de ánimo: puede ser alegría, euforia, nostalgia… hasta odio, como cuando veo la publicidad que dice “que bolú, que bolú, que bolú, etc.”… pero como no creo que los productores hayan querido generar esto, no la puedo considerar arte.



Diferente es el caso del film que paso a comentar:


Feo, feo, difícil de aguantar; mucho más teniendo a mi vieja rondando como si ella misma fuera parte de la familia de condroíctios que acecha a los protagonists, salvo que ella en vez de tirar tarascones (bueno, lo hacía, pero su presa era un cacho de pan) decía constantemente “hay, que porquería” o “me voy a arriba a ver Utilisima”, pero sin poder despegarse ya que –parece- el morbo puede más que la impresión.


En este caso, supongo, el director crea premeditadamente, valiéndose de ciertas formas de relato y técnicas de filmación, ese clima de tensión en aumento que me tuvo duro y agarrado a la silla hasta el final (y tuvo a mi vieja diciendo “que porquería” pero sin poderse despegar), por lo que puedo hablar de obra de arte… sino no estaría acá (emoticón sonriendo).



La historia es muy sencilla: una parejita de jóvenes gringos se va de vacaciones al caribe y decide contratar una excursión de buceo.

Iban como en esas “lanchas colectivo” del Tigre (pero fashion) un montón de gente en la misma situación, y al llegar a destino fueron sumergiéndose en parejas…


…Escena perdida…


No se que paso en el medio, por que me puse a preparar una bondiola, pero cuando la pareja sale a la superficie se encuentra con que la lancha se fue (no se si adrede o que) dejándolos solos en alta mar.


Desde ese momento, la cámara que flota junto a los protagonistas (no sin producir alguna sensación de mareo) muestra estados de ánimo que van desde la tranquilidad de quien piensa “ya se van a dar cuenta de que no estamos y nos vendrán a buscar”, pasando por la intranquilidad del “que mierda pasa que no vienen estos forros”, hasta el pico de nerviosismo y desesperación de quienes, a medida que pasa el tiempo, comienzan a desconfiar de sus posibilidades de sobrevivencia al ver como se hacen cada vez más cerrados los círculos que describen en torno a ellos ciertos elementos de la fauna local...



Me llamó la atención, y me incomodó bastante, la serie de reproches estúpidos que comienzan a hacerse durante ese pico de nerviosismo.


No, el estar alterado no justifica decir cosas como “la culpa la tenés vos por elegir el caribe en vez de Las Toninas”. Está claro que nadie elige ser abandonado a merced de los depredadores que pululan en esas aguas cálidas: él o la que hace un reproche así, sin importar el contexto, se deschava como un pelotudo/a enorme; y se me ocurrió que es por esto, por poner en evidencia algún “lado oscuro”, que las “situaciones límite” suelen ser insuperables para las parejas que las viven.



Ahí vislumbré un posible final de película: finalmente, aunque con los miembros bastante machucados, la pareja logra ser rescatados a tiempo, no sin antes tener que luchar encarnizadamente para desprenderse de algún pequeño y testarudo cazón que se obstina en seguir mordisqueándole una oreja a Susan… ya recuperados, pero evidenciando las cicatrices físicas y psíquicas de la tragedia, una mirada o un gesto muestra la mutua comprensión de que ya nada será como antes, de que no pueden seguir… cada cual a su camino y Fin.



Pero no, me equivoqué.


Después de los gritos viene un considerable momento de calma, que se interrumpe de pronto cuando uno de los escualos se aventura y muerde a Daniel produciendo una hemorragia que tiñe de rojo las aguas que los rodean.


Listo –pensé- “con el olor a sangre el lugar no tardará en hervir de tiburones… y la anterior prudencia desaparecerá ante la disputa por la presa”. Después de esto el desenlace no podría tardar más que algunos segundos, a lo sumo minutos.


Pero me vuelvo a equivocar, a pesar de la sangre y de la cantidad, los tiburones –increíblemente indecisos a pesar de crecer en número- no se aventuran a dar fin a la tensión…


Y así pasa toda una noche de tormenta.


Con los primeros rayos de la mañana puede verse a al pareja todavía unida, siempre rodeada por un círculo de aletas, pero él sin signos vitales… por otra parte, cambiando de escenario por primera vez en largo rato, la cámara muestra como por fin alguien nota la ausencia y como se inicia la búsqueda.


Hasta acá llego con el relato, no tiene gracia que les cuente el final.


Yo, por lo pronto, les aseguro que no me vuelvo a largar de la banana necochense…



Puntaje: muchos pomelos.


Si no me hubiera gustado ni me tomo el laburo de comentarla. Si bien algunos detalles no tienen sustento, están en función del clima buscado que –me parece- está muy bien logrado.

jueves, febrero 07, 2008

Novedades: Recién salidito del forno…

Si señora, si señore!!!

Ya tenemos en nuestro poder la mitad de las copias del primer disco de “Viejo Nátural” (esperamos no sea el último) intitulado “Soy Reloj”. Producción en la que, si bien mi guitarra no aparece, figura mi nombre como uno de los partícipes… bueno, estas cosas pasan, supongo que es una apuesta a futuro de mi hermano y de Horacio, verdaderos artífices de la obra (ellos grabaron y pusieron la torta).


La otra mitad de las copias, unas quinientas, quedaron en poder de UNI (unión de músicos independientes), ellos tienen convenios con copiadoras e imprentas y, además, ofrecen la posibilidad de distribuirlos en cadenas disqueras como “Mussi-inmundo” y “Locuras”.


Así que ya están avisad@s: pueden hacernos la gamba cuando andan por ahí fijándose si efectivamente los discos están en las bateas, nosotros aremos lo mismo… por supuesto, si compran mucho mejor!!!


No se cual será el precio en disquerías pero nosotros –precio de amigos- se lo dejamo en $15 (quince pesito): pueden llamar, dejar mensaje, mandar mail o esperar a que toquemos para tener su ejemplar… pero apuresen, que se agota!!!

Son solo mil.


Bueno, ahora me gustaría hacer una descripción tema por tema, pero me da fiaca. Mejor espero a que lo escuchen y me den sus opiniones. Por supuesto, también tema por tema.


Creo que cabría, por lo menos, enmarcar estilísticamente a la banda, pero también me da fiaca, ya que se puede decir que es una banda de Rock, pero como el Rock tiene infinitas variantes sería muy difícil… adelanto que entre los temas hay un aire de Zamba… pero mejor espero a que uds. lo describan.


Yo ahora me voy a bajar un sanguche de matambre con un licuado de melón con manzana, por que soy re-loco.


Nos vemos.

viernes, enero 18, 2008

CERRADO POR VACACIONES II

Esta vez no se debe a problemas personales sino de los estrictamente técnicos.

Se me fregó la compu y no da para que gaste fortunas en un locutorio tratando de perpetrar alguno de esos bodrios que posteo... con el tiempo que me llevan.

Encima, estamos en vacaciones, la gente anda por ahí, ¿qué mierda hacen entrando a internet, con el tiempo que hace y los lugares que hay para recorrer?

En fin, igualmente esta vez no clausuré todo y me fui, como antes: dejo esto abierto para que quienes tuvieron la suerte de andar por ahí, si gustan, puedan contar, por ejemplo, qué se siente caminar como un hijo de puta al costado de la ruta 22 tratando que alguien los acerque a la meca sureña que es El Bolsón, cómo se siente la frescura del atardecer después de haber sufrido los 65 grados a la sombra que hacen en esos parajes norteños, si lograron clavar o que no te claven la sombrilla en alguna atestada playa costera, etc.

También, si te quedaste en la ubre, pero saliste a romper la noche y tuviste la suerte de “besarte a alguien”, nos lo podés contar acá, así nos alegramos por vos.

Nos vemos, será hasta que arregle la compu, termine la temporada o pueda escribir algo interesante en menos de una hora (por lo del locutorio).

Elcersio y cersiolito.

viernes, enero 04, 2008

La despreciada…


Bueno Sardú, sobre tu comentario: sabés, fue sin mala intención ni sospechando nada... solo te di ese libro por que me habías llamado "despreciativo", ¿te acordás?


Entonces, fue "el desprecio" de Moravia para vos.



Ahora, es cierto, ese libro pasó por varias manos y a todos les comió la cabeza el tema de la infidelidad, pero yo me quedé con otra cosa: esa especie de reconciliación que ocurre siempre después de la muerte.



El personaje se encuentra en la playa con su mujer, que le había sido infiel, y alquilan un bote; así navegan hacia unas grutas donde había una playa escondida muy linda, y parece que se reconcilian, y garchan, y es todo muy romántico, pero el se duerme y cuando despierta ella no está más.



Empieza a buscarla desesperadamente, vuelve a la población y allí recibe la noticia de que su mujer había muerto hacía horas en un accidente de tránsito, junto con su amante… parece que el tipo había delirado o soñado todo el episodio.



Este tipo de episodios aparece mucho en la literatura (podría citar algo en Lovecraft) y también la vida real: ¿nunca les pareció ver a alguien y después enterarse que la persona había muerto hace tiempo? A mi me pasó con la abuela de un amigo, la vieja estaba esperando el bondi y yo me hice el dolobu p´no saludarla, por que era de esas que te chupetean todo… sin embargo, a la semana mi vieja me viene con el chisme: “viste, murió la abuela de Jorge… hace un mes”



Bueno, esa era una vieja re-buena, solo un poco babosa, pero también existe gente mala, de mierda. Sin embargo nunca nos vamos a encontrar lápidas con leyendas del tipo “por fin se murió este hijo de puta!!!”



A esto me refería con lo de “reconciliación después de la muerte”.



Respecto a lo que leyó Moniok, me parece que lo interesante está en las relaciones: muchos escritores futuristas imaginan un mundo promiscuo, sin embargo, Asimov imagina una familia tradicional, donde al tipo, por su laburo, se le presenta la posibilidad de tirar una cana al aire, pero al final se frustra. Al personaje no parece mortificarlo mucho, se perderá de disfrutar el sexo con gravedad cero, que le iba a costar el premio que le dieron por la misión cumplida, pero bue, justo a tiempo llegó su jermu, para tomar como un presente el cheque que era para la otra, y para continuar normalmente las vacaciones que habían planeado… pero no me acuerdo más, podés contarnos algo de eso?



Nos vemos


viernes, diciembre 28, 2007

En Marte

Esto no es un reproche, solo quiero explicar la cadena de recuerdos que motivó el presente: hace unos días, al llegar a casa de Tío Toto, una de las primeras cosas que me espetó A Sardeaux fue si este año no había llevado regalitos para todos.
Había olvidado totalmente que -más o menos- para la misma fecha, el año pasado nos juntamos en la misma casa y, por la ocasión, decidí regalar un librito a cada uno de los presentes;
pero la pregunta de Aye me lo trajo a la memoria inmediatamente, con un agregado: yo regalé los libros pero a cambio de una devolución por escrito, un comentario del libro que a cada uno tocara, para colgar acá mismo.
A su vez, esto me recordó el hecho de que NADIE me hizo ni un comentario, ni personalmente ni por escrito, del libro que le tocó en suerte, y que quizás por eso, por que tengo la sensación de que no los leyeron, en algún momento se me ocurrió no volver a regalar un putos libro...

Después recordé que, enterada de la idea que motivó la repartija, sin haber estado en la reunión, la Lic. Ortalda me mandó un mail reclamando su correspondiente libro. Como ya era verano y no nos veríamos hasta marzo, le dije que ya no tenía de esos libritos ni se los podía alcanzar, que en todo caso le podía mandar algo que acababa de leer en formato digital, y procedí a mandarle vía mail el cuento de Asimov “En Puerto Marte y sin Hilda”.
En definitiva, cuando no, la aplicada Ortalda fue la excepción que confirma la regla, abajo está el comentario (que dormía desde hace un año en mi casilla de correo) que mónica me envió sobre el cuento mencionado.

Sergio:
Marte es mi planeta favorito, Hilda se llamaba Mamá, Flora es la persona que me ayudó a criar a mis hijos, así que a través de los nombres recordé días maravillosos con mi madre (que no está físicamente presente desde hace 30 años) y con mis hijos.
Acabo de leer "Estoy en Puerto Marte sin Hilda" de Asimov, me gustó mucho la narración de las peripecias de ese policía espacial saliendo de vacaciones con su mujer a Puerto Marte.
Lo que me llamó la atención es por qué está contento cuando se entera que Hilda no lo va a acompañar: ¿estaría realmente entusiasmado por viajar con su mujer, o estaría pensando visitar a Flora, esa chica explosiva!!!!! a pesar de hacer el viaje con Hilda?
Por suerte, para mí, le encomiendan una misión urgente de la que depende el destino de la Galaxia.
Es de destacar la lucidez del personaje en descubrir razonable y rápidamente al delincuente para poder irse a ver a Flora y vivenciar la antigravedad o gravedad 0, pero Hilda llega justo al terminar la misión, ella consigue viajar junto a su amor y robarle una sonrisa. Como quien dice “le arruina el pastel” porque no puede ir al encuentro con Flora.
Estos tipos se creen que en cualquier momento pueden experimentar la infidelidelidad. ¿qué es lo que buscan y no encuentran junto a su mujer?, mejor que la dejen y vivan libres y felices con tantas otras.
Por otro lado, me quedé pensando en Flora, su vida transcurre satisfaciendo deseos ajenos, deja a veces compromisos importantes por el hombre que ella , pareciera, también desea. Nos pasa permanentemente cuando ejercemos nuestras libertades, elegimos pero dejamos fuera otras tantas cosas que nos harían vibrar y orbitar eternamente.
A propósito de Asimov, leí y ví “El Hombre Bicentenario”, extraordinaria obra , estoy segura de que si podemos criar y humanizar niños podríamos humanizar robots, en fin de cuentas no son más que dos creaciones humanas.
Hasta otra narración
Cariños
Moni

lunes, diciembre 24, 2007

El espíritu navideño de Henry Miller*

Estaba leyendo una novela de Miller (Nexus) y, en un capitulo que transcurre en época navideña, me sentí muy identificado con algunas formas de ver y sentir que tiene el autor con respecto a esta época. Por ejemplo, empieza diciendo: “...Para aumentar mi angustia, se acercaba la navidad. Era la época del año que no solo detestaba, sino que, además, temía. Desde que había llegado a la edad adulta, nunca había conocido una navidad buena. Por mucho que me opusiera, el día de navidad siempre me encontraba en el seno de mi familia: el caballero melancólico envuelto en su negra armadura, obligado como cualquier otro idiota de la cristiandad a llenarse el buche y escuchar la cháchara del todo vacía de su parentela...”
Hasta donde llegué a leer, el personaje vive una relación bastante atípica con su mujer (Mona) y una amiga de su mujer (Stacia), que para mi son “tortas”. “...Como esperaba, hacía las tres de la mañana del día de navidad, las dos llegaron tambaleándose y como cubas. El muñeco que habían llevado consigo, parecía haber recibido una paliza...” (es muy lindo lo del muñeco!!!).
Al otro día, tenían que ir a comer a la casa de los padres de Henry (no les conté, parece autobiográfica), imagínense, las minas amanecieron con una resaca que no podía ser. “...me pareció que lo mejor que podía hacer era dar un paseo....haría falta por lo menos una hora para poner presentable a Stacia, además, necesitaba respirar un poco de aire puro...” “Recordad, dije al abrir la puerta, tenéis una hora justa, no mas, si para entonces no estáis listas, saldréis como estéis”.
Salió a recorrer el barrio: “...hacía una mañana clara y fría. Durante la noche había caído una ligera nevada, suficiente para que fuera una navidad limpia y blanca...”

Después de recorrer los muelles fue hacia el barrio de los extranjeros. “...Un poco mas adelante me tropiezo con un par de mexicanos pendencieros, borrachos, demasiado borrachos como para poder asestarse puñetazos....y ahora, de la puerta lateral de un bar antiguo salen un par de zorras del aspecto mas inmundo que imaginarse pueda; salen tambaleándose a la clara y brillante mañana soleada de un día de navidad limpio y blanco. Una se inclina para levantarse las medias y cae de bruces; la otra la mira, como si no se lo creyera y sigue adelante tambaleándose, con un pie calzado y el otro descalzo. Serena dentro de lo que cabe, va tarareando una canción.
Un día espléndido, la verdad. ¡Tan claro, tan estimulante, tan tonificante! ¡Si, al menos, no fuera navidad!...”


Yo, personalmente -aunque no soy practicante- no tengo nada en contra de la navidad. Lo que me tiene un poco fastidioso son lo parientes que están por venir; sobre todo, al cuñado de mi vieja a quién llamamos “el avaro”, no se como me lo voy a aguantar...

“...todo lo que se decía se había dicho ya, y del mismo modo, exactamente mil veces. Mis respuestas eran también las mismas de siempre...”
Después de un rato en la mesa, uno empieza a mirar cada vez mas seguido el reloj “...¿y cuando podríamos despedirnos sin parecer que nos largábamos corriendo? Yo ya estaba impaciente por pirármelas...” Esto es algo que empiezo a pensar a eso de las diez:
“¿por lo menos cinco horas mas???
Siempre es bueno -si se puede-, hacerse una escapada entre comidas, y dormirse una pequeña siesta, como hicieron Mona y Stacia: “....¡Que astutas!, pensé para mis adentros. Eran ellas las que debían estar quitando de la mesa y lavando los platos. ¡Dolor de cabeza!....¿cuanto tiempo dormirían esas dos borrachas? Si descansaban, quizás no les importará tanto el tiempo que nos quedásemos. Yo sabía que tendríamos que tomar un bocado antes de marcharnos. No podía escabullirse uno a las cinco o las seis de la tarde. Tampoco podríamos escaparnos sin reunirnos en torno al árbol y cantar esa canción espantosa....”.

Parece que familiares molestos, quilombos para organizar, y borracheras se encuentran en todos lados (por lo menos, en la sociedad norteamericana de los treinta, y en la de Berazategui del dos mil tres). Habrá que superarlo de alguna manera, tratar de ser simpático con los familiares, y pensar en algunas cosas buenas, como los amigos y seres queridos, que con un llamadito o un mail te recuerdan que te tienen en cuenta; o el abundante morfi o escabio que se suele destilar...

Así que disfruten con sus seres queridos -aguanten a los no tanto-, tiren algunos cuetes, y delen sin asco al escabio, que ¡Una vez al año, no hace daño! Pero ojo, esto último con moderación, está bueno llegar a casa “hacía las tres de la mañana, tambaleándose y como cubas. Con un muñeco que habíamos llevado, que parece haber recibido una paliza”, pero no al punto de que alguien crea que nos unimos a un culto de “adoradores del ídolo de porcelana” -como me pasó hace poco- por que eso es muy feo.

Bueno, les mando un abrazo grande -un beso a las chicas-, espero que la pasen bien, y -como siempre- les deseo lo mejor.

elcersio


*El texto es un refrito de algo que hice circular por mail para la navidad de 2003. Como me parece que ninguno de uds. estaba en esa lista, y por que es menester colgar algo conmemorativo de esta fecha y no tengo otra cosa, y por que estoy haciendo limpieza en la compu, lo cuelgo, aunque hoy la situación –por suerte- no sea exactamente la misma que hace cuatro años.

jueves, diciembre 20, 2007

La vejez*

"Este enemigo es el más cruel de todos, el único al que no se puede vencer por completo; el enemigo al que solamente se podrá ahuyentar por un instante."

"Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en que todo su poder está bajo control, pero también es el tiempo en el que siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja. Su deseo de retirarse vencerá toda su claridad, su poder y su conocimiento."

"Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, puede entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea tan sólo por esos momentos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible".

"Esos momentos de claridad, poder y conocimiento son suficientes."

Esta es la última parte del paseo educativo por la obra de Castaneda, por ahora no robaré más con este autor pero, si no se me ocurre alguna otra injuria, estén segur@s de que a la brevedad encontraré otros a quienes citar.

viernes, diciembre 14, 2007

Último momento!!!

Parece que esta vez va en serio Si, después de tantas idas y venidas, al recordado ¿periodista? le cerraron las puertas –de salida- del cielo.
Al parecer, el barba (no Gutiérrez) negó la renovación de esa especie de “visa de trabajo en el más allá” que ostentaba el ahora recordado (y, según algunos, querido) Victor Sueiro, argumentando que ya había robado suficiente con el trilladísimo relato sobre la luz cegadora al final del túnel, la inmensa sensación de paz, etc.

“Hágase tu voluntad” repitieron todos sus seres queridos al finalizar el cepelio y, por las dudas, remacharon la tapa y lo mandaron bien p´bajo, no sea cosa que Nuestro Señor se arrepienta y nos tengamos que bancar a Catalina Blugui comentando algún nuevo y revelador libro probablemente llamado "Esta vez si que zafé cagando" o "Resucité pero hubo algunos incombenientes" (ver posible portada a pie de página).

“Ya está, qué más vas a buchonear”, le habría dicho el mandamás, “con vos estoy re-caliente, no te dejo volver más”.
Ahora estará sentado a la vera Tita Merelo, figura a la que, según comentaba un emocionado Luis Ventura, hoy por la mañana en AM Del Plata, nadie mejor que el supo entrevistar... y ella estará diciendo, mientras mira de frente una imaginaria cámara del viejo canal trece, “peveta, hacete el papá-nicolao ”.
En fin, a no ser que le hayan puesto en el jonca una linea directa con el programa del “Negro” Martineis, no creo que vuelva a sorprendernos con sus “Misterios y Milagros”.

Reportó desde el cementerio de La Chacarita:
elcersio, para radionoticias deapata.

P.D.:
Para quienes quieran ahondar en la producción de este autor, entre sus títulos más buscados se encuentran: "Más allá de la vida y La Gran Esperanza", donde se ocupó de las llamadas Experiencias Cercanas a la Muerte; "Más allá de la vida”, “La gran esperanza" , "Poderes" , "Curas sanadores y otros asombros" , "El ángel, un amigo del alma" , "Año 2000, las profecías" e "Historias asombrosas" .

jueves, diciembre 13, 2007

El Poder*

"El poder es el más fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente, lo más fácil es rendirse; después de todo, el hombre es de veras invencible. Él manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder."
"Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla. Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel, caprichoso."
—¿Perderá su poder?
—No, nunca perderá su claridad ni su poder.
—¿Entonces qué lo distinguirá de un hombre de conocimiento?
—Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente como manejarlo. El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder.
—La derrota a manos de cualquiera de estos enemigos ¿es definitiva?
—Claro que es definitiva. Cuando uno de estos enemigos vence a un hombre, no hay nada que hacer.
—¿Es posible, por ejemplo, que el hombre vencido por el poder vea su error y se corrija?
—No. Una vez que un hombre se rinde, está acabado.
—¿Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza?
—Eso quiere decir que la batalla sigue. Quiere decir que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un hombre está vencido sólo cuando ya no hace la lucha y se abandona.
—Pero entonces, don Juan, es posible que un hombre se abandone al miedo durante años, pero finalmente lo conquiste.
—No, eso no es cierto. Si se rinde al miedo nunca lo conquistará, por­que se asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará conquistán­dolo porque nunca se habrá abandonado a él en realidad.
—¿Cómo puede vencer a su tercer enemigo, don Juan?
—Tiene que desafiarlo, con toda intención. Tiene que llegar a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo en verdad. Debe tenerse a raya a todas horas, manejando con tien­to y con fe todo lo que ha aprendido. Sí puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.
"El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemi­go: ¡la vejez!


Cuarta entrega de "las enseñanzas"... tercer enemigo al que debe enfrentarse el hombre en la búsqueda del conocimiento.

viernes, noviembre 23, 2007

La claridad

"Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí. Le da la seguridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo que ve lo ve con claridad. Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene en nada porque tiene claridad. Pero todo eso es un error; es como si viera algo claro pero in­completo. Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y será torpe para aprender. Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más".
—¿Qué pasa con un hombre derrotado en esa forma, don Juan? ¿Muere en consecuencia?
—No, no muere. Su segundo enemigo nomás ha parado en seco sus intentos de hacerse hombre de conocimiento; en vez de eso, el hombre puede volverse un guerrero impetuoso, o un payaso. Pero la claridad que tan caro ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y miedo. Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada.
—Pero ¿qué tiene que hacer para evitar la derrota?
—Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar su claridad y usarla sólo para ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error. Y vendrá un momento en que comprenda que su claridad era sólo un punto delante de sus ojos. Y así habrá vencido a su segundo enemigo, y llegará a una posición donde nada puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión. No será solamente un punto delante de su ojos. Ese será el verdadero poder.
"Sabrá entonces que el poder tanto tiempo perseguido es suyo por fin Puede hacer con él lo que se le antoje. Su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la regla. Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: ¡el poder!"


*Tercer entrega de "las enseñanzas"... segundo enemigo al que debe enfrentarse el hombre en la búsqueda del conocimiento.

viernes, noviembre 16, 2007

El miedo*

Domingo, 15 de abril, 1962

Cuando me disponía a partir, decidí preguntarle una vez más por los enemigos de un hombre de conocimiento. Aduje que no podría regresar en algún tiempo y sería buena idea escribir lo que él dijese y meditar en ello mientras estaba fuera.
Titubeó un rato, pero luego comenzó a hablar.
—“Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente; su intención es vaga. Espera recom­pensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender”.
"Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla."
"Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el mie­do! Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se que­da oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hom­bre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda".
—¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
—Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser hom­bre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquie­ra, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
—¿Y qué puede hacer para superar el miedo?
La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que su primer enemigo se re­tira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
"Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido a su primer enemigo natural."

—¿Ocurre de golpe, don Juan, o poco a poco?
Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
—¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa?
No. Una vez que un hombre ha conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hom­bre conoce sus deseos; sabe cómo satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. El hombre siente que nada está oculto.
"Y así ha encontrado a su segundo enemigo: ¡la claridad! Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también ciega."


*Segunda entrega de "las enseñanzas"... primer enemigo al que debe enfrentarse un hombre en su búsqueda del conocimiento.

viernes, noviembre 09, 2007

“Las enseñanzas de Don Juan” Primera parte*

Sábado, 8 de abril, 1962

...en nuestras conversaciones, don Juan usaba a menudo la frase "hombre de conocimiento", o se refería a ella, pero nunca explicaba qué quería decir. Inquirí al respecto.
Un hombre de conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de aprender —dijo—. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación ha ido lo más lejos que puede en desenredar los secretos del poder y el conocimiento.
—¿Puede cualquiera ser un hombre de conocimiento?
No, no cualquiera.
—¿Entonces qué debe hacer un hombre para volverse hombre de conocimiento?
Debe desafiar y vencer a sus cuatro enemigos naturales.
—¿Será un hombre de conocimiento tras derrotar a estos cuatro enemigos?
Sí. Un hombre puede llamarse hombre de conocimiento sólo si es capaz de vencer a los cuatro.
—Entonces, ¿puede cualquiera que venza a estos enemigos ser un hombre de conocimiento?
Todo el que los venza se convierte en un hombre de conocimiento.
—¿Pero hay requisitos especiales que un hombre debe cumplir ante de luchar con estos enemigos?
No hay requisitos. Cualquiera puede tratar de llegar a ser hombre de conocimiento; muy pocos llegan a serlo, pero eso es natural. Los ene­migos que un hombre encuentra en el camino para llegar a ser un hom­bre de conocimiento son de veras formidables, de verdad poderosos; y la mayoría, pues, se pierde.
—¿Qué clase de enemigos son, don Juan?


Se negó a hablar de los enemigos. Dijo que pasaría largo tiempo antes de que el tema tuviera algún sentido para mí. Traté de mantener vivo ese tema, y le pregunté si pensaba que yo podía volverme hombre de conoci­miento. Dijo que nadie podía decir eso de seguro. Pero yo insistí en pre­guntar si había algunas pistas que él pudiera usar para determinar si yo tenía o no oportunidad de convertirme en un hombre de conocimiento. Dijo que dependería de mi batalla contra los cuatro enemigos —de si po­día yo vencerlos o salía vencido- pero que era imposible predecir el resultado de esa lucha.
Le pregunté si podía usar brujería o adivinación para ver el desenlace de la batalla. Dijo terminantemente que los resultados de la contienda no podían anticiparse por ningún medio, porque volverse hombre de cono­cimiento era cosa temporal. Cuando le pedí explicar este punto, replicó:
Ser hombre de conocimiento no tiene permanencia. Uno no es nunca en realidad un hombre de conocimiento. Más bien, uno se hace hombre de conocimiento por un instante muy corto, después de vencer a los cuatro enemigos naturales.
—Debe usted decirme, don Juan, qué clase de enemigos son.
No respondió. Insistí de nuevo, pero él abandonó el tema y se puso a hablar de otra cosa.
Continuará...
Posted by Pory
*Fragmento en que Don Juan habla a Castaneda sobre los peligros que se debe enfrentar para convertirse en “hombre de conocimiento”.
En Castaneda, Carlos "Las esnseñanzas de Don Juan". Fondo de Cultura Económica. 1974. (págs. 87 a 91).

lunes, octubre 22, 2007

Contingente Bizarro

Estos fueron los dignatarios de la UNQ en el encuentro nacional de educadores; Rio IV, Córdoba, 2007.

De izquierda a derecha, arriba: He-Man, Chuwaka, LaSolé, Rosita del Río, El topo, El cuervo, Julia Rampolla, Sardeaux y Abelardo; abajo Digo Alvaro “Zunga” Alvarez Crespo, La tostada Torres, La Elfa Elizoide, Pomelo que se acomoda como puede después de poner la cámara en automático y correr hasta el objetivo, Kent -el novio de Barbie-, y –apodo todavía no blanqueado- Macías.

Resultaría muy extenso un relato de todo lo ocurrido, así que los invito a que dejen –en comentarios- algunos de esos momentos que –por buenos o por malos- consideran inolvidables.


Ahí se ven

martes, octubre 16, 2007

Brindo por que me reconcilié con el sistema II

Acá está, les paso el número para que me encuentren en todo horario, esté donde esté, para invitarme a jugar a la pelota o, simplemente, para saber donde joracas estoy y que estoy haciendo... lo que se dice “funsión de control”...
Y como considero a la comunicación la droga que hoy más adictos tiene, cuando no responda deberé esperar que se pongan histéricos/as, por que “algo me habrá pasado”.
A si que, si no atiendo, no intenten tranquilizarse con excusas del tipo “no tendrá crédito”, “lo tendrá apagado” o “se lo habrá olvidado en la casa”.

¿Cómo voy a tener apagado u olvidar esto que hoy es vivido como un apéndice más del cuerpo humano? Si no atiendo es por que me pasó algo muy malo (probablemente me hayan zampado un cuetazo para sacarme –por supuesto- el celular) o, simplemente, por que no lo quiero hacer.

...Hablando de apéndices, me crucé con un grupo de boludones, en ronda, abstraídos en y comparando sus celulares... Sin querer pecar de pansexualista (como el querido Freud) la imagen me recordó algo que muy comúnmente hacen los niños de corta edad, comparar sus pitos: ver si son iguales o si son distintos, si son más largos, si son más gruesos, si tienen cámara; comparan las resoluciones, si son polifónicos, si tienen alguna cicatriz, si tienen walpapers; si les estan creciendo pendejos, el color, la formal, etc.

Supongo que las comparaciones podrían seguir pero, en suma, se puede decir que el celular se ha convertido en símbolo de status, objeto de culto y fuente de placer para sus orgullosos poseedores... ¿a qué les recuerda esto?

Por mi parte, no creo que mi nuevo “celu” cumpla con las primeras dos funsiones, ya que compré el aparato (de los más baratitos, por cierto) usado a un amigo y le agregué uno de esos chips que venden por cinco mangos en el tren... ni símbolo de status ni objeto de culto, espero que por lo menos vibre!!!

Pero bue... creo que ya esparcí suficiente veneno tratando de justificarme, ahora los dejo en compañía de sus respectivos celus que, como todos sabemos, demandan menos y ofrecen más que un amigo o un amor.

Nos vemos o, mejor, nos mensajeamos:
elcersio

P.D.: me olvidaba lo más importante; 15-5-970-1125 es el número de mi pito, digo de mi celular; manden mensajitos para que los agende.

domingo, octubre 07, 2007

The pilgrimage... la caminata surrealista del pomelo.

En mi caso, más que una cuestión de fe, fue una “cuestión de peso”.
Para el no creyente, la caminata de Liniers a Luján solo puede justificarse por una especie de “gusto por la actividad física” y las ganas de “hacer la experiencia”. Como le decía a mi hermano, “era una boludez que una vez en la vida tenía que hacer...”.

Por supuesto, nunca más.

La primera parte de la travesía me dediqué a reírme de todo: del cansancio, de las ampollas, de los que me ofrecían pastillas para los calambres y el dolor, de los que vendían medias y plantilla, de los 65 kilómetros y, sobre todo, de las pancartas que decían “fuerza peregrinos, la madre los espera”.
“La madre de quién”, dije a modo de broma, “la mía quedó en casa... debe estar meta sánguche de bondiola... a no ser que esa guacha se haya tomado un bondi para darme la sorpresa cuando llegue...”.

Así fue como mi inclinación a contradecir todo compensó mi falta de fe: no quería claudicar para no tener que bancarme a los catolicones que me acompañaban diciendo cosas como “nosotros llegamos por que nos guía el señor...” o algo por el estilo. Se la tuvieron que guardar, empastillados y todo, llegaron después que yo.

Igualmente, debo reconocer que, en los últimos tramos, cuando el mal humor comenzó a ganarme, acepté (siempre para mis adentros) que se trata de una empresa injustificable desde cualquier lugar que no sea la fe: los otros venían cantando y dándose fuerza, por una promesa o para llevar un deseo. Ellos creen, pensé, y –equivocados o no- parece una buena razón para seguir. Por mi parte, "cuando quiera hacer deporte, iré hasta la plaza de Ranelagh y listo, corro hasta donde me de el cuero y cuando me canso me subo al auto y me vuelvo a casa... [si no es la fe] quién carajo me manda a ir hasta Luján..."
A la iglesia ni entré, era un kilombo de gente, "cuando quiera conocerla, me voy tranquilo en auto un día que no haya nadie"... la tenía con lo del auto... En cuanto a los deseos que me movían, preguntó una tía muy creyente, eran solo dos: “llegar y que esté la combi” y “que la combi me lleve rápido a casa”... a pesar de mi apatía, la virgen concedió...

Cabe aclarar que estos pensamientos entre comillas no fueron el resultado de estar sintiendo en el cuerpo los estragos de tamaña actividad: intensos dolores musculares y articulares, calambres, ampollas, un agotamiento físico del que se tarda semanas en recuperarse, son síntomas de los que me advirtieron mucho pero que –por suerte- no sentí.
La verdad, llegué mucho mejor de lo que esperaba, solo tengo alguna pequeña ampolla –que no llegó a reventarse-, una saludable tonalidad carmesí en el rostro, y un considerable dolor en la planta del pie derecho causa de una mala elección de calzado... nada más, si no fuera por el pie que me obliga a caminar como un pato diría que “estoy como si nada”, (y hasta me hubiera animado a pegarle unas vueltitas a la plaza) pero como me dijo “Diente”, mi compañero de caminata, “¿qué querés, llegar y –encima- que no te duela nada?”.

En fin, si no lo vuelvo a hacer es por que se me hizo insoportable la ansiedad, en un momento quería “llegar ya”, y no llegaba más. Por eso, cuando me despedía de los promesantes que me acompañaran y alguno me preguntaba si contaban conmigo para la próxima, yo le decía
“me voy a tomar el año que falta para pensarlo bien...” .
Es decir, nunca más.

el[místico]cersio

viernes, septiembre 21, 2007

La mentira de los servicios privados

Los que estamos en el tema, sabemos bien que las escuelas privadas, salvo honrosas excepciones, obedecen más a una lógica de costo-beneficio que a lógicas estrictamente pedagógicas. Así, estando los costos representados mayormente por “los gastos en capital humano” y los beneficios por las cuotas que pagan los alumnos, resulta totalmente falsa la creencia de los padres de que “por que pagan una cuota obtienen una mejor educación para sus hijos”; lo cierto es que las condiciones de trabajo, en la mayoría de las escuelas privadas, son sumamente precarias, por lo que los docentes con mayor capacitación y experiencia prefieren trabajar en el sistema estatal.

No tengo mucha data para hablar sobre salud, pero muchos comentarios indican que la atención dentro del sistema privado no es todo lo buena que se podría esperar. En ambos casos, tanto en escuela como en hospital, el argumento más fuerte para elegir el sistema privado parece ser el miedo a la proximidad con aquellos que viven otra realidad social.
Respecto a la seguridad, por estar emparentado con alguien que se desempeña como “transportista de cargas” (léase fletero), he tenido la oportunidad de presenciar la conversación que este mantuviera con un Comisario de Policía en circunstancia de sentar una denuncia por el robo de un “equipo completo” de cemento (treinta toneladas).
-El comisario, visiblemente irritado por la torpeza del pequeño-empresario que no tomaba ninguna “precaución extra” para el traslado de tan valiosa carga, sugería constantemente opciones posibles para evitar -a futuro- dicho inconveniente... al que el mismo no podía dar solución.

Más allá de las sospechas de connivencia entre delincuentes y policía que generó esta situación, y más allá de algunas parodias de eficiencia policíaca que debimos soportar, quedó flotando la pregunta de “¿si el mismo comisario admite que no puede hacer nada, salvo recomendar seguridad privada, para qué le estamos pagando un sueldo de comisario, en concepto de qué?, ¿no sería mucho más conveniente para el estado contratar un dependiente o pasante que dé los mismos servicios (informes) a cambio de una remuneración diez veces menor a la de un Comisario de Policía?"

Sarcasmos aparte, el empresario decidió contratar un sistema de seguimiento satelital (más precisamente, Lo-jack) para sus camiones; las “motos” con custodios siguiendo constantemente a los camiones y los seguros de carga encarecían sensiblemente el producto final.

Algunos años después, el lunes 17 de septiembre de 2007, el mismo transportista sufre otro robo; esta vez no interesaba la carga sino el camión. La policía, como buen organismo del estado, no hace nada.
La seguridad privada, tampoco: al parecer, todo el sistema de Lo-jack se sustenta en el simple (y débil) hecho de que el chofer, poniendo en riesgo su propia vida, apriete un “botón de pánico”.
También parece que la compañía desconoce el “modus operandi” de los piratas del asfalto, que lo primero que hacen es reducir al chofer del vehículo a robar, imposibilitándolo para cualquier pedido de ayuda, y secuestrándolo durante el tiempo que les lleva encontrar y anular los sensores del sistema de seguimiento satelital, para liberarlo a las dos horas –aproximadamente- cuando, a los ojos del gran hermano Lo-jack, el vehículo no existe más.

Vale aclarar que estoy totalmente en contra de los que piden [más] “mano dura” o “justicia por propias manos” de la sociedad civil; pero muchos de los que –con razón- hablan en los medios en contra de las posturas mencionadas, son personas acomodadas que desconocen el enorme esfuerzo que representa para una persona de clase media acceder (y mantener) a una herramienta de trabajo tan costosa como puede ser un camión.

Si la indefensión es total, si le estamos pagando el sueldo a un comisario solo para que nos informe de los beneficios de un sistema de seguridad privada, y si estos últimos se limitan a “cobrar la cuota” sin brindar ningún servicio a cambio, alcanzando así niveles ideales de eficiencia dentro de un esquema costo-beneficio; es decir, tampoco sirven para nada. ¿Cómo pedirle a alguien que no defienda con su propia vida lo que toda una vida de esfuerzos le costó?
Ahi se ven

jueves, septiembre 13, 2007

Mi libro favorito del momento


El relato es en primera persona, quien habla es un internado que, como tal, va entremezclando la realidad con los delirios propios de su mal. En ese sentido, de a ratos cuesta distinguir lo real de lo imaginado.

Las primeras ciento cincuenta páginas son muy áridas, pobladas de minuciosas descripciones de patologías y tratamientos que sufren los internados del loquero donde transcurre la acción. Quizás, sin algún interés personal en estas cuestiones, no se podría avanzar.

Sufren. Como dice el dicho, no se sabe que es peor, si “el remedio o la enfermedad”. Todos guardamos en nuestra imaginación alguna idea de lo que pasa en estos lugares, nadie vuelve, nadie se cura: cuando te ponen el cartel de loco no hay vuelta atrás.

En nuestro libro, esto es así hasta que aparece el personaje principal: un delincuente que simula trastornos psíquicos para eludir una condena a trabajos forzados.

El delincuente, fanfarrón, timador y pendenciero, lo primero que hace al ingresar al internado es presentarse como jugador compulsivo, y advierte a los presentes que iba a desplumarlos como a pollos. Acto seguido, procede a estrechar las manos de todos, ya sean “agudos”, “crónicos” o “vegetales”, tales eran las categorías en que se dividían los enfermos.


Primera cosa interesante: ese acto, el acto de tomar hasta las manos de los “vegetales” (que, por supuesto, no podían tendérselas) es una acto de reconocimiento; y aunque pareciera que en sus acciones siempre está la búsqueda del beneficio personal, en el mismo acto reconoce a los otros como “iguales”.
Ese fue el primer cambio, cuando Mc Murphy obvió los carteles de “loco”.

A partir de ahí comienzan a surgir disputas, cada vez más intensas, contra la dirección del centro. Extraordinariamente carismático, el personaje comienza a encabezar los reclamos de los internos, que en realidad son sus reclamos, y a revelarlos contra las normas establecidas; todo esto devendrá en una lucha dramática que no tiene gracia revelar en que termina...

Es muy buena la guerra diplomática que entablan Mc Murphy (interpretado en la versión cinematográfica por el gran Jack Nicolson... no pude dejar de imaginarlo mientras leía) con la enfermera principal: ella trata de descalificarlo mostrando a los enfermos el rédito que él saca de todas las acciones que emprende, él los compra con su espíritu de camaradería y mostrándoles lo que está haciendo el sistema con ellos y lo que podrían ser.

Finalmente, ¿qué es Mc Murphy, un aprovechador o alguien que lucha por sus compañeros?
Creo que las dos cosas, como todo hombre. Tiene sus dobleces, pero la enfermera sabe como manipular a los pacientes, y les impone una visión maniquea de Mc. ¿Es bueno o es malo? ¿Nos ayuda o nos perjudica? Las dos cosas, como todo hombre.

Como decía, el libro es terrible, trágico, insoportable, pero también hermoso. Si, supongo que puede ser todas esas cosas.
Llegando a la “zona áurea” del relato, el autor se deja de minucias e introduce la acción con la magnífica escena de la excursión –terapéutica- de pesca en altamar, por supuesto, organizada por Mc para los locos... y para agarrar algún dinero extra. Por supuesto, la enfermera no sabe que llevan dos prostitutas a bordo.
Para este momento, ya me siento parte del grupo de “locos lindos” y vivo la aventura con ellos; las hojas pasan cada vez más rápido y temo terminar pronto. Pasa, ¿no?, que uno se apura, se apura, y en el momento de terminar, si el asunto está bueno, no quiere hacerlo... “quisiera que esto dure para siempre”.

Pero bueno, el final se desencadena después de una juerga con alcohol, drogas y prostitutas organizada por Mc en el mismísimo pabellón; no se los voy a contar, pero por cierto que “no comen perdices”.

Queda por mencionar la excelencia de la pluma de Ken Kesey*, nada que añadir, nada que quitar, ningún hilo suelto, ni un pero, nada. No son muchos los libros que me hayan cerrado así... mientras cuelgo esto estoy viendo que otras cosas tiene escritas.

Así que no me queda más que recomendarlo.
Cuando algo me gusta tanto siempre quiero compartirlo pero, a la vez, también, cuando una obra está tan buena se me despierta el gen basurero y quiero tenerlo ahí, guardado para una hipotética e improbable futura relectura.
Entonces, si lo quieren leer, cómprenlo (yo lo pagué siete pesos en la librería de usados), o hagan una oferta que pueda inhibir al mencionado gen... después de todo, si la oferta es buena... parece que aprendí la lección de Mc.

Nos vemos.

*Recomiendo la biografía de este muchacho, ya se como aprendió tanto sobre alucinógenos...

lunes, septiembre 03, 2007

NEVER MIND

“Podría realizar un ensayo de respuesta y decir que se trata de una actitud de rebeldía, un modo de expresar la disconformidad ante el mundo contemporáneo de la manera más radical y visceral posible, una forma de vida, anarquismo en su esencia más pura…” (Veleta dixit 2007)

En su blog, mi amigo JP hace un repaso de discos que lo marcaron y, al llegar a uno de los Sex Pistols, hace la síntesis que adjunto sobre lo que para el es el Punk.

Ahora, este párrafo me trajo el recuerdo de una publicidad, no me acuerdo de que, donde un gordo vestido de punk se arranca la ropa y queda inmediatamente convertido en careta (en el careta que llevaba dentro), al grito de “brindo por que me amigué con el sistema… sistema te quiero como sos!!!

La verdad, me es insoportable, la actitud del tipo es de tal patetismo que me angustio solo de recordarlo.

¿Por qué será?

Nunca me identifiqué con ese estilo, pero me gusta creer que existen ideologías como la que Veleta identifica con el Punk, y que sus cultores las defienden a muerte… ¿será porque que conozco de varios punks redimidos, que la publicidad me hace tanto mal? Posiblemente, arrancarse las convicciones como un trapo no es para nada gracioso.

elcersio


viernes, agosto 24, 2007

Crónicas de Narnia II: la mirada de catasetum*

*Este es el primer aporte, posiblemente involuntario, de Rodrocosita a didactogenia. El mail en que me llegó tenía la siguiente aclaración... que no aclara muco, pero bue, si no entienden pregunten. Los dejo con Rodro.


...vi la crónica e hic mi respectivo comentario e intente seguirla pero m salió culaquier cosa que no es apta para todo público pero como ya la escribi t la mando... el doble cargo me tiene mal, lo único q quiero es llegar a ksa a dormir y cuando toi en ksa boludeo como ahora, y ya q perdí tiempo escribiendo no lo voi a dejar en mi maquina. Igual no se entiende pero bue. Quise poner una foto de los 4 pero, caramba, no saque ninguna. Igual está bien q estemos sólo el trio San Javier porque lo q escribí, es un poco lo que pnsamos todas, un poco, creo. Y por ahi nos entendes algo... (Rodrocosita dixit 2007)

A veces planeamos e imaginamos un viaje perfecto. Pero lo imaginado perfecto para uno no resultó ser el viaje perfecto imaginado por todos. Fueron cuatro viajes planeados e imaginados perfectamente… simultáneamente... paralelamente. Parece un triste final de un viaje de egresados de dos licenciados, una alumna avanzada y una diplomada pero no es así. Imaginarios perfectos que rompen la burbuja y ven lo real. Eso está muy bien. Pienso que eso fue lo mejor… ver lo real.

El aire oberiano le recibió muy bien a los licenciados y a las compañeras unquianas. La tierra colorada, las subidas y bajadas pronunciadas de los caminos, el mate en todos lados, la tonadita, los abrazos de oso de Chacho
[1], la buena onda de Tito[2] para conseguirnos hospedaje en Wanda, la locura de Edmundo[3] con sus historias de yarará, la pasión despanpanante de Berger[4] por las orquídeas, los saltos de los ríos, la garganta del diablo, el estofado de mandioca, las casas de madera, las calles empedradas, el té, las plantaciones de eucaliptos y pinos, la yerba….
Los jesuitas, las ruinas, los guaraníes, el negocio, la pobreza, estar vestidos, desnudos, vivir en casas, vivir en no-viviendas, ¿esta todo bien? las ruinas, estar y no estar, mirar, ser espectador, ¿esta todo mal? Parque Nacional Iguazú, de todos y de nadie, privatizaciones, Menem lo hizo, ¿Menem lo hizo?, explotación de piedras, pulseras, aros, anillos, regalos, chucherias, negocios, vivir, la infancia, ¿la no infancia? el trabajo infantil, la pobreza, señor cómpreme, usted me lo prometió, seguimos en el auto, el no-niño corre, corre, cómpreme, sigue corriendo, cómpreme, sigue corriendo, sigue corriendo, sigue corriendo. Nosotros en casa al lado de la chimenea, cerramos con llave la puerta, nos vamos a dormir. El no-niño sigue corriendo.
Pagamos los 12 pesos para ver las cataratas, pagamos los 4 pesos para tocar la piedra de la buena onda, dijimos whisky, tenemos las fotos. ¿Y?...........Trajimos un kilo de yerba, medio de té, una orquídea, unas chucherias de agata. ¿Y?
Mirar. Observar. Hablar de… Estudiar sobre…
Hacer? Poner el cuerpo? Estar?
Cuándo?
Cuándo
Cuándo?


Se entiende, Licenciado?
Ya se la respuesta.
No.

No importa ta todo bien

Fuimos.
Volvimos.
La post-juntada?


[1] Chacho: el amigo copado del papá de Julia. Nos invitó a comer un alto estofado de mandioca. Excelente velada.
[2] Tito: Rumbo a Cataratas, paramos en Wanda. En una ferretería preguntamos por hospedajes y uno de los hombres que estaba comprando, Tito el pizzero buena onda, llamó a todos lados para buscarnos lugar y precio. Un capo
[3] Edmundo: Un chapa mal que nos acompaño al salto escondido y nos habló de víboras gigantes que pasaron a 1mm de sus ojos. Para más información habría que preguntarle Alecita que se hizo un tiempito para conocerlo
[4] Berger: Un viejo que la tiene clara en el negocio del turismo y quiere robar haciendo cursos sobre orquídeas, platarla, andar descalzos, fumar algo….. Dijo más de 1000 veces la palabra des-pan-pa-nante or-quí-dea. El topo un poroto. Se sabía todos los nombre de las quillicientas especies de orquídeas que existen. Topo tenes competencia en Misiones.