miércoles, febrero 27, 2008

Pescado

Entre los restos del naufragio que fue el palme de mi disco rígido, encontré este pequeño relato escolar que algun@s conoceran y otr@s no, ya que anduvo circulando por mail… para no exponerlo a otro naufragio, y por que no se me ocurre otra cosa, lo cuelgo, espero les agrade. Yo, endemientras Julia no cumpla su promesa de sumarse al blogger, iré pensando alguna otra cosa…



En la época del secundario, tenía esa cualidad que tiene “el chavo del ocho” de seguir hablando, o haciendo cosas fuera de lugar, después de que todos los demás hubieran terminado.


Estudiaba en una escuela técnica, nocturna, de las que dos veces por semana cuentan con doble escolaridad; es decir, íbamos a teoría todos los días a la noche y dos veces por semana íbamos a “taller”, por la mañana o por la tarde.


No me acuerdo bien si fue en cuarto o quinto año que nos tocó hacer los dos turnos de taller en un mismo día (mañana y tarde). Pero sí recuerdo vivamente tal calvario: después de haberme acostado a las doce de la noche (como temprano), al día siguiente debía despertarme antes de las seis de la mañana, para llegar a Quilmes siete menos veinte y pasar todo el día en la escuela, y volver a casa, destruido, a la doce de la noche.


Toda esta introducción fue en poz de que imaginen el estado de agotamiento con que llegaba a las últimas clases vespertinas de ese largo día… por estar en ese estado, pasó lo que pasó...


Habrá que aclarar que habían algunas “estrategias” para “evitar la fatiga”: o se faltaba a la mañana, o a la tarde, o a la noche, u otras combinaciones de estas tres opciones, y se concurría a los cursos restantes, es decir, casi nunca se concurría a los tres turnos del mismo día. Sin embargo, extrañamente -sería por que me quedaban pocas faltas- ese día estaba en la escuela desde temprano...


Para colmo, a la noche, una de las últimas clases era la de un tal Sagio, a quien todos llamaban “pescado” por sus ojos extremadamente saltones. Personaje a quien pocos querían, o nadie -no me acuerdo por que-, lo cierto es que sus clases eran un embole, y que tenía mucha cara de pelotudo, nada que ver con la foto del post…


Justamente, lo que les paso a contar sucede durante la lentísima clase del pescado.


El aula estaba casi vacía y, como dije, la clase no estaba muy entretenida que digamos. Yo, en estado de “semi-sopor”, me puse a dibujar una especie de curva sobre el pupitre, sin saber bien a lo que iba a llegar.


Poco a poco, el dibujo empezaba a tomar forma. Habrá que preguntarle a algún psicólogo por que mi inconsciente me llevó a dibujar un anzuelo...pero no viene al caso...la cuestión es que ahí estaba, estaba perfecto el anzuelo… y no se me ocurre mejor idea que escribir, debajo del anzuelo, la frase: “Te vamos a enganchar, Sagio”.



Grande fue mi sorpresa cuando escucho, como salida de ultratumba, la voz del profesor diciendo “¿vos y cuantos mas me van a enganchar?”. Yo, por lo dormido que estaba, no me di cuenta de que “pescado” había estado todo el tiempo al la do mío, presenciando el proceso creativo. Me quería matar, revisé mis bolsillos para ver si encontraba algo así como el anillo de Saurón o cualquier otra cosa que me pudiera hacer desaparecer por arte de magia, pero fue en vano. Por los nervios no me acuerdo que dijo o hizo el profesor, solo recuerdo las risotadas de uno de mis compañeros (ya conocen a Ganzo) que llegaban desde el patio de abajo; se había ido corriendo para poder reír y revolcarse en el suelo con mayor libertad.


Para terminar de embarrarme, mis compañeros tomaron el feo hábito de dibujar un pescado gigante en el pizarrón todos los días que teníamos clase con este profesor, y lo firmaban con mi nombre: el tipo entraba al aula, veía un pescado grande como todo el pizarrón, y decía: “Muy bien Marini, Muy bien...”


Pensé que no aprobaba nunca más su materia. Pero solo me la llevé a diciembre. Tuve suerte: en diciembre el pescado se enfermó, y nos tomó el recuperatorio otro profesor; si no, todavía la estaría tratando de dar.


Todo quedó en un “parte de amonestaciones” por dañar el mobiliario escolar (la historia data de la época en que existían las amonestaciones).


Fin

sábado, febrero 16, 2008

Peli: Mar abierto

No me canso de repetirlo, el arte no tiene por que ser realista, ni mucho menos bello; solo las visiones más ingenuas (naïf) pueden pensarlo así.

Las más rancias (y difundidas) teorías de la música definen a esta como “el arte de combinar los sonidos, etc.”. Y lo único que podría hacer admisible semejante simplismo sería aclarar que “arte es todo aquello que busca [en sus diversas instancias de concepción, realización y exhibición] generar diversos estados de ánimo en el espectador…”


Diferentes estados de ánimo: puede ser alegría, euforia, nostalgia… hasta odio, como cuando veo la publicidad que dice “que bolú, que bolú, que bolú, etc.”… pero como no creo que los productores hayan querido generar esto, no la puedo considerar arte.



Diferente es el caso del film que paso a comentar:


Feo, feo, difícil de aguantar; mucho más teniendo a mi vieja rondando como si ella misma fuera parte de la familia de condroíctios que acecha a los protagonists, salvo que ella en vez de tirar tarascones (bueno, lo hacía, pero su presa era un cacho de pan) decía constantemente “hay, que porquería” o “me voy a arriba a ver Utilisima”, pero sin poder despegarse ya que –parece- el morbo puede más que la impresión.


En este caso, supongo, el director crea premeditadamente, valiéndose de ciertas formas de relato y técnicas de filmación, ese clima de tensión en aumento que me tuvo duro y agarrado a la silla hasta el final (y tuvo a mi vieja diciendo “que porquería” pero sin poderse despegar), por lo que puedo hablar de obra de arte… sino no estaría acá (emoticón sonriendo).



La historia es muy sencilla: una parejita de jóvenes gringos se va de vacaciones al caribe y decide contratar una excursión de buceo.

Iban como en esas “lanchas colectivo” del Tigre (pero fashion) un montón de gente en la misma situación, y al llegar a destino fueron sumergiéndose en parejas…


…Escena perdida…


No se que paso en el medio, por que me puse a preparar una bondiola, pero cuando la pareja sale a la superficie se encuentra con que la lancha se fue (no se si adrede o que) dejándolos solos en alta mar.


Desde ese momento, la cámara que flota junto a los protagonistas (no sin producir alguna sensación de mareo) muestra estados de ánimo que van desde la tranquilidad de quien piensa “ya se van a dar cuenta de que no estamos y nos vendrán a buscar”, pasando por la intranquilidad del “que mierda pasa que no vienen estos forros”, hasta el pico de nerviosismo y desesperación de quienes, a medida que pasa el tiempo, comienzan a desconfiar de sus posibilidades de sobrevivencia al ver como se hacen cada vez más cerrados los círculos que describen en torno a ellos ciertos elementos de la fauna local...



Me llamó la atención, y me incomodó bastante, la serie de reproches estúpidos que comienzan a hacerse durante ese pico de nerviosismo.


No, el estar alterado no justifica decir cosas como “la culpa la tenés vos por elegir el caribe en vez de Las Toninas”. Está claro que nadie elige ser abandonado a merced de los depredadores que pululan en esas aguas cálidas: él o la que hace un reproche así, sin importar el contexto, se deschava como un pelotudo/a enorme; y se me ocurrió que es por esto, por poner en evidencia algún “lado oscuro”, que las “situaciones límite” suelen ser insuperables para las parejas que las viven.



Ahí vislumbré un posible final de película: finalmente, aunque con los miembros bastante machucados, la pareja logra ser rescatados a tiempo, no sin antes tener que luchar encarnizadamente para desprenderse de algún pequeño y testarudo cazón que se obstina en seguir mordisqueándole una oreja a Susan… ya recuperados, pero evidenciando las cicatrices físicas y psíquicas de la tragedia, una mirada o un gesto muestra la mutua comprensión de que ya nada será como antes, de que no pueden seguir… cada cual a su camino y Fin.



Pero no, me equivoqué.


Después de los gritos viene un considerable momento de calma, que se interrumpe de pronto cuando uno de los escualos se aventura y muerde a Daniel produciendo una hemorragia que tiñe de rojo las aguas que los rodean.


Listo –pensé- “con el olor a sangre el lugar no tardará en hervir de tiburones… y la anterior prudencia desaparecerá ante la disputa por la presa”. Después de esto el desenlace no podría tardar más que algunos segundos, a lo sumo minutos.


Pero me vuelvo a equivocar, a pesar de la sangre y de la cantidad, los tiburones –increíblemente indecisos a pesar de crecer en número- no se aventuran a dar fin a la tensión…


Y así pasa toda una noche de tormenta.


Con los primeros rayos de la mañana puede verse a al pareja todavía unida, siempre rodeada por un círculo de aletas, pero él sin signos vitales… por otra parte, cambiando de escenario por primera vez en largo rato, la cámara muestra como por fin alguien nota la ausencia y como se inicia la búsqueda.


Hasta acá llego con el relato, no tiene gracia que les cuente el final.


Yo, por lo pronto, les aseguro que no me vuelvo a largar de la banana necochense…



Puntaje: muchos pomelos.


Si no me hubiera gustado ni me tomo el laburo de comentarla. Si bien algunos detalles no tienen sustento, están en función del clima buscado que –me parece- está muy bien logrado.

jueves, febrero 07, 2008

Novedades: Recién salidito del forno…

Si señora, si señore!!!

Ya tenemos en nuestro poder la mitad de las copias del primer disco de “Viejo Nátural” (esperamos no sea el último) intitulado “Soy Reloj”. Producción en la que, si bien mi guitarra no aparece, figura mi nombre como uno de los partícipes… bueno, estas cosas pasan, supongo que es una apuesta a futuro de mi hermano y de Horacio, verdaderos artífices de la obra (ellos grabaron y pusieron la torta).


La otra mitad de las copias, unas quinientas, quedaron en poder de UNI (unión de músicos independientes), ellos tienen convenios con copiadoras e imprentas y, además, ofrecen la posibilidad de distribuirlos en cadenas disqueras como “Mussi-inmundo” y “Locuras”.


Así que ya están avisad@s: pueden hacernos la gamba cuando andan por ahí fijándose si efectivamente los discos están en las bateas, nosotros aremos lo mismo… por supuesto, si compran mucho mejor!!!


No se cual será el precio en disquerías pero nosotros –precio de amigos- se lo dejamo en $15 (quince pesito): pueden llamar, dejar mensaje, mandar mail o esperar a que toquemos para tener su ejemplar… pero apuresen, que se agota!!!

Son solo mil.


Bueno, ahora me gustaría hacer una descripción tema por tema, pero me da fiaca. Mejor espero a que lo escuchen y me den sus opiniones. Por supuesto, también tema por tema.


Creo que cabría, por lo menos, enmarcar estilísticamente a la banda, pero también me da fiaca, ya que se puede decir que es una banda de Rock, pero como el Rock tiene infinitas variantes sería muy difícil… adelanto que entre los temas hay un aire de Zamba… pero mejor espero a que uds. lo describan.


Yo ahora me voy a bajar un sanguche de matambre con un licuado de melón con manzana, por que soy re-loco.


Nos vemos.