viernes, febrero 27, 2009

Qué amo/qué odio

No se si yo seré demasiado boludo o qué, pero algunas veces me he encontrado pensando en qué diría o haría si me tocara estar en cierta situación de preeminencia.

No les pasó nunca? Entonces soy yo…

Cómo sería mi discurso de agradecimiento si estaría en el lugar de un actor que tiene que recibir un premio, pongámosle un Oscar?

Qué hubiera dicho, al finalizar aquel “Argentina-Paraguay” del ’96 en cancha de River, si yo fuera Chilavert, sobre el bombazo que Batistuta le clavara en un ángulo? y así sucesivamente…


(Me tranquiliza saber que NUNCA se me pasó por la cabeza el qué diría en la mesa de Mirta Legrand… ahora que lo pienso, no se qué diría pero se me ocurren un par de bizarreadas: ¿qué sería un eructo en lo de “La Chiqui”? Igual, primero tendría que aprender a hacerlo :P)

Entre las cosas con las que me gustaba jugar al “cómo si”, se encuentra una columna que se publicaba hace tiempo en la revista dominical del diario de la cornetita; de ella robé el título del post. ¿La recuerdan? En esta sección expresaban la mencionada dicotomía personajes de todo tipo.

A continuación, les dejo un recorte donde Alejandro Dolina habla brevemente sobre que cosas ama y que cosas odia.

Después, yo mismo, sin osar compararme con el maestro, pero haciendo como si fuera lo suficientemente importante para que a alguien (no pretendo tanto cómo un diario de tirada nacional) le importe conocer algunas de las cosas que amo y que odio.


Espero lo disfrutéis.

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AMO: Los sobresaltos deleitosos del amor y a la mujer que me ha hecho más hombre. El misterio del arte y las arduas dificultades del conocimiento. La voz de Carlos Gardel. A una paisanita que opera milagros con sus ojos chinos. Pisar las hojas del otoño y oír su crujido. Los valses de Chopin. El apetito de eternidad del hombre, o quizá la suprema compadrada de saber que uno va a morirse, e igual, atreverse a reír. A mis queridos Marechal, Borges, Sabato y Bioy. La inteligencia y la bondad, que son la misma cosa.


ODIO: Los crímenes que se cometen en nombre de una idea o una fe. El malandra puede arrepentirse, el fanático no. Detesto la soberbia de los imbéciles y la intolerancia de los virtuosos. Odio a la muerte y a sus hermanos: la soledad, la miseria, el olvido, el desencuentro amoroso. No me gustan los edificios de la calle Córdoba. La estupidez en la cumbre de la fama. No tolero la deplorable rumba "El manicero". Las tortas de coco y la política como ciencia. Pero lo que odio por sobre todas las cosas es a los refutadores de leyendas.


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Amo: los días frescos de sol. También viajar, sobre todo en días frescos y soleados. Amo, en esos días frescos y soleados, después del viaje, encontrarme en una playa, remojando las patas en el mar; y, también, si me da el cuero, correr junto a ese mar.

Amo la alegría genuina -ellos no pueden fingir- de mis perros, sobre todo cuando nos encontramos en lugares impensados.
También amo escuchar música (siempre que sea música), y la puedo disfrutar -según el estilo y la ocasión- solo, mientras manejo, o como ingrediente infaltable de algún encuentro memorable. Amo algunas melodías memorables, que pueden ser de Filio, de Fandermole, o de Maiden. Se puede decir que soy un “fetichista del sonido”: amo el sonido de algún disco muy bien grabado, a buen volume y en un buen equipo. También amo al jacarandá y al fresno canadiense, por su textura pero -sobre todo- por que son maderas indispensables para construir una guitarra. Esa guitarra, con micrófonos de Seymour y un ampli Boogie sería too much…

¿Los placeres de la vida? Por supollo, un buen vino, con una picada, precediendo el asado… o un buen champagne, en familia, con amigos (entregados al recuerdo de un pasado que -como tal- siempre fue mejor) o… bueno, etc.

Haciendo esto me di cuenta que hay muchas cosas que amo, eso es alentador, pero no quiero entrar en cursilerías hablando de La Mujer (o alguna de sus partes), la familia, etc.; vamos con lo que odio.


Odio esos días insoportables, húmedos y calurosos.

También odio los días muy frios, por que odio andar con mucha ropa.

Odio el ruido en general, pero sobretodo odio los electrodomésticos: no entiendo como aparatos tan pequeños pueden ser tan quilomberos.

Odio al tipo que estornuda en el tren, sobre todo cuando está sentado en el asiento de atrás. Odio a todos los parlantes de PC, no hay uno en que se pueda escuchar música con un sonido decente.

Odio a Cormillot, porque se muestra como un ejemplo de salud cuando en realidad me parece un tipo muy triste… debe ser por que se caga de hambre!!! Para mi “amargado” y “saludable” son términos inconciliables.

Odio que me quieran vender una pelotudez como si fuera importante, y que me llamen a las doce de la noche para medir que audiencia tiene esa pelotudez…

Odio lo “cuanti”, por que es avalar procesos de mierda con un resultado, y creer que “un millón de moscas no pueden equivocarse”…


Caramba, creo que también odio unas cuantas cosas… pero bue, no las quiero agotar, si les parece, la seguimos abajo.


Salu2

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y si... es como que por momentos puede resultar cursi, pero esta bueno hacer la lista y leer las ajenas. Es que casi todos odiamos y amamos lo mismo. Aqui va la mia.
Saludos, Taba Hilda.

+
Los dias de lluvia y tormeta explosiva si no tengo que salir y el segundo antes de llover. Comer y tomar mates, sobre todo esos días.
El invierno, y también las noches de verano cerveceras. Las hamacas paraguayas . Escuchar música en el tren o caminando.
Los viernes y los sabados a la mañana.
La hora de la siesta.
Los abrazos.
El clima social de los minutos previos a que juegue Argentina el mundial.
Amo cuando me olvido, cuando algo es lindo sin querer.
La tentada de risa, el sentido del humor. Amo al gordo Casero.
Estar contenta, despreocupada.
Las cenas con vino, contenta, despreocupada.
El capitan del espacio, el café con leche y los helados.
-
El insomnio.
Los días de humedad.
Los ladridos de perros que me taladran.
La música fuerte.
El amuchamiento de gente.
Las motos.
La imposibilidad de disfrutar.
La verborragia.
La soberbia. La descalificación en publico.
Cuando digo sí de compromiso. Cuando me insisten.
Los domingos a partir de las 7 de la tarde.
Cuando me quiero ir y no puedo.
El calor.

Anónimo dijo...

Que lindo post sergio, volvemos de a poco a ponernos serios y a filosofar un poquito, entonces ahí te dejo, después de mucho tiempo de no entrar por aca, algunas de las cosas que amo y odio, no todas claro.

AMO:

a mi mujer y a mi hija
a mis amigos fieles
al conocimiento
al mate siempre, en cualquier lugar y momento
las computadoras
los libros
las buenas películas de acción o épicas
el ajedrez
los juegos de estrategia
la paz y tranquilidad
una buena discución
negociar
las vacaciones
viajar!
el asado con achuras!
la coca en un dia de calor
que el bondy tenga asiento libre! jajaj

ODIO:

a los boludos, sobre todo a los que no se dan cuenta que lo son
el mantecol y el bon o bon
la lluvia si me agarra fuera y sin paraguas, va, con paraguas la odio igual
levantarme temprano
trabajar (eso de que el trabajo dignifica es un mito)
la explotación de los sectores menos pudientes
el glamour
la farándula
la desesperación
no tener a mano una buena mentira
no saber
querer a veces ocupar la posición de otro
someterme porque no me queda otra

y que se yo, miles de cosas más, pero no hay lugar.

Saludos!
Mariano Lugo

JP Lima dijo...

Éstas cosas son buenas
Comer helado y torta
Ir montado en una moto Harley
Quedarse viendo a los chimpancés en los árboles
Sentir la lluvia en la lengua
Y el brillo del sol dándome en la cara.
Éstas cosas son un fastidio
Tener el cabello lleno de polvo
Llevar los zapatos con agujeros
No portar dinero en el bolsillo
Y el brillo del sol dándome en la cara.
(Poema de Rocky Dennis)