sábado, febrero 16, 2008

Peli: Mar abierto

No me canso de repetirlo, el arte no tiene por que ser realista, ni mucho menos bello; solo las visiones más ingenuas (naïf) pueden pensarlo así.

Las más rancias (y difundidas) teorías de la música definen a esta como “el arte de combinar los sonidos, etc.”. Y lo único que podría hacer admisible semejante simplismo sería aclarar que “arte es todo aquello que busca [en sus diversas instancias de concepción, realización y exhibición] generar diversos estados de ánimo en el espectador…”


Diferentes estados de ánimo: puede ser alegría, euforia, nostalgia… hasta odio, como cuando veo la publicidad que dice “que bolú, que bolú, que bolú, etc.”… pero como no creo que los productores hayan querido generar esto, no la puedo considerar arte.



Diferente es el caso del film que paso a comentar:


Feo, feo, difícil de aguantar; mucho más teniendo a mi vieja rondando como si ella misma fuera parte de la familia de condroíctios que acecha a los protagonists, salvo que ella en vez de tirar tarascones (bueno, lo hacía, pero su presa era un cacho de pan) decía constantemente “hay, que porquería” o “me voy a arriba a ver Utilisima”, pero sin poder despegarse ya que –parece- el morbo puede más que la impresión.


En este caso, supongo, el director crea premeditadamente, valiéndose de ciertas formas de relato y técnicas de filmación, ese clima de tensión en aumento que me tuvo duro y agarrado a la silla hasta el final (y tuvo a mi vieja diciendo “que porquería” pero sin poderse despegar), por lo que puedo hablar de obra de arte… sino no estaría acá (emoticón sonriendo).



La historia es muy sencilla: una parejita de jóvenes gringos se va de vacaciones al caribe y decide contratar una excursión de buceo.

Iban como en esas “lanchas colectivo” del Tigre (pero fashion) un montón de gente en la misma situación, y al llegar a destino fueron sumergiéndose en parejas…


…Escena perdida…


No se que paso en el medio, por que me puse a preparar una bondiola, pero cuando la pareja sale a la superficie se encuentra con que la lancha se fue (no se si adrede o que) dejándolos solos en alta mar.


Desde ese momento, la cámara que flota junto a los protagonistas (no sin producir alguna sensación de mareo) muestra estados de ánimo que van desde la tranquilidad de quien piensa “ya se van a dar cuenta de que no estamos y nos vendrán a buscar”, pasando por la intranquilidad del “que mierda pasa que no vienen estos forros”, hasta el pico de nerviosismo y desesperación de quienes, a medida que pasa el tiempo, comienzan a desconfiar de sus posibilidades de sobrevivencia al ver como se hacen cada vez más cerrados los círculos que describen en torno a ellos ciertos elementos de la fauna local...



Me llamó la atención, y me incomodó bastante, la serie de reproches estúpidos que comienzan a hacerse durante ese pico de nerviosismo.


No, el estar alterado no justifica decir cosas como “la culpa la tenés vos por elegir el caribe en vez de Las Toninas”. Está claro que nadie elige ser abandonado a merced de los depredadores que pululan en esas aguas cálidas: él o la que hace un reproche así, sin importar el contexto, se deschava como un pelotudo/a enorme; y se me ocurrió que es por esto, por poner en evidencia algún “lado oscuro”, que las “situaciones límite” suelen ser insuperables para las parejas que las viven.



Ahí vislumbré un posible final de película: finalmente, aunque con los miembros bastante machucados, la pareja logra ser rescatados a tiempo, no sin antes tener que luchar encarnizadamente para desprenderse de algún pequeño y testarudo cazón que se obstina en seguir mordisqueándole una oreja a Susan… ya recuperados, pero evidenciando las cicatrices físicas y psíquicas de la tragedia, una mirada o un gesto muestra la mutua comprensión de que ya nada será como antes, de que no pueden seguir… cada cual a su camino y Fin.



Pero no, me equivoqué.


Después de los gritos viene un considerable momento de calma, que se interrumpe de pronto cuando uno de los escualos se aventura y muerde a Daniel produciendo una hemorragia que tiñe de rojo las aguas que los rodean.


Listo –pensé- “con el olor a sangre el lugar no tardará en hervir de tiburones… y la anterior prudencia desaparecerá ante la disputa por la presa”. Después de esto el desenlace no podría tardar más que algunos segundos, a lo sumo minutos.


Pero me vuelvo a equivocar, a pesar de la sangre y de la cantidad, los tiburones –increíblemente indecisos a pesar de crecer en número- no se aventuran a dar fin a la tensión…


Y así pasa toda una noche de tormenta.


Con los primeros rayos de la mañana puede verse a al pareja todavía unida, siempre rodeada por un círculo de aletas, pero él sin signos vitales… por otra parte, cambiando de escenario por primera vez en largo rato, la cámara muestra como por fin alguien nota la ausencia y como se inicia la búsqueda.


Hasta acá llego con el relato, no tiene gracia que les cuente el final.


Yo, por lo pronto, les aseguro que no me vuelvo a largar de la banana necochense…



Puntaje: muchos pomelos.


Si no me hubiera gustado ni me tomo el laburo de comentarla. Si bien algunos detalles no tienen sustento, están en función del clima buscado que –me parece- está muy bien logrado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sergio, si te gustan este tipo de películas, media locas, media malas, media raras, con pocos personajes y pocos escenarios... no puedo dejar de recomendarte una obra de arte en la tensión y el suspenso... seguro la viste porque es re conocida, pero sino, no te pierdas "El juego del miedo", la primera parte, es excelente... otra: loca loca loca mal, te parte la cabeza... "El club de la pelea"... "El cubo"... "Hipercubo", también dos locas y raras con pocas personas y casi nada de escenario, pero con argumentos interesantes...

Uno de nosotros dijo...

Ja, ja, gracias por las recomendaciones, todavía no vi ninguna de esas... espero hacerlo en breve.

Anónimo dijo...

es una de las mejores peliculas que vi, es terrible te parte al medio, te deja tirado en el sillón por horas, no sabes si llorar o matar a la gente! es muy buena, muy profunda, pero te deja hechado a tu suerte por días, son esas peliculas que se miran cuando uno esta bien parado.