viernes, agosto 17, 2007

Crónicas de Narnia: el león, la bruja y el ropero... y catasetum!!!

Como siempre, como en todo viaje, una noche de sueño interrumpido y ligero precede el momento de la partida. La autoimposición de acostarse temprano para descansar bien y, al día siguiente, que seguro será largo, poder afrontar con suficiencia las desconocidas y cambiantes alternativas del camino, siempre termina jugando en contra: uno acaba por no dormir nada.

Así, recuerdo el punto de reunión, una cocina en penumbra donde me esperaban, a las seis de la mañana, las que serían mis compañeras de viaje.
Ese momento y los tramos nocturnos de autopistas, que de tan conocidos podría recorrerlos sonámbulo, quedan ya en una especie de nebulosa: ¿Tomamos mate antes de salir? ¿Hablamos algo? No recuerdo ni eso ni el momento de cargar los bolsos; solo recuerdo un “tupper” en la mesada, con sánguches de milanesa, del que pregunté si viajaba con nosotros.

A continuación, un distribuidor caminero y la elección -casi azarosa pero feliz- de la vía que deposita en el acceso al puente Zárate Brazo Largo; todo esto, la ascensión inclusive, es un paisaje velado por los oblicuos rayos del amanecer. Son las ocho y veinte de la mañana, en ese momento nos sorprende un mensaje de mi madre, de quien no esperaba signos de vida hasta después de las diez, al que se respondió con la frase “su hijo por ahora se porta bien”.

Después, la ruta 14: solo quedan mil kilómetros para llegar a Oberá.
De esta etapa no hay mucho para recordar. Solo nos llamó la atención la constante compañía de carteles promocionando los “Regionales María”, un comedor al paso donde se sirven manjares exóticos como Yacaré en escabeche o matahambre de de Pacú arrollado, y la forma en que la misma ruta cambia de fisonomía según la provincia que se esté atravesando: buena pero sumamente transitada en Entre Rios, el transito se hace muy tortuoso y creemos que, por ser “la ruta del Merco-Sur”, debería ser de dos carriles por mano; Paso de los Libres marca el límite con Corrientes, gran parte del tránsito pesado se desvía hacia Brasil, con lo que el camino se despeja mucho, pero el estado de la calzada es lamentable, en un tramo somos desviados por un camino provincial -también horrible- por que están repavimentando un tramo de “la 14”; finalmente, entrando en Misiones, nos sorprende el excelente estado de la ruta y la inesperada geografía de abruptas pendientes e intensos verdes, que encontraremos en toda la provincia.
Ya casi estamos.

Entrando a Oberá, la policía caminera me hace unas extrañas señas... demasiado cansado para comprender de que se trata, por las dudas no paro... todavía nos deben estar esperando. Son las siete de la noche y un amigo de la familia Lucas nos espera en la entrada del pueblo para guiarnos hasta lo que será nuestro “centro de acción”.
Bajar, entrar, guardar los bolsos, armar las camas, recuerdo poco y nada.
Ya acostado, en el profundo sueño producto de la larga jornada, los sucesos del día parecen tan lejanos que se hace difícil discernir lo real de lo irreal; solo la mañana podrá convencernos de que estamos en otro lugar.

Hasta acá la primera parte, si alguno de mis compinches quiere completar lo que resta del relato, de buena gana le cedo mi lugar.

Nos vemos

elcersio

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Crónicas de Narnia: 5 catasetum

Anónimo dijo...

Crónicas de Narnia: 5 catasetum. Finísima. Apta para todo público

JP Lima dijo...

Pregunta obligada: le entraste al yacaré?

Fabricchio dijo...

conta mas nene..

pasate por blog amigo, contesta un cuestionario cuasi/interesante...