sábado, junio 02, 2007

Apertura 07, capitulo 02

... y aparecen los primeros imitadores...


Más allá de lo curioso que pueda parecer esta humilde formación de futsal, que se banca la enorme presión de ataviarse con el mismo atuendo que sus ídolos (convirtiéndose en el “L. N. Alem” de “La mandarina”), quería analizar el tema de las identificaciones: ¿qué es lo que hace que un equipo, una hinchada o una institución se mantenga a través del tiempo defendiendo sus colores?

Tratándose de clubes grandes, la respuesta parece sencilla: la historia y/o el presente; los recuerdos de años gloriosos, perennizados por los cantos de la hinchada*, y/o el saber de que se tiene potencial para conseguir cosas importantes. Además, hay equipos que mantienen ciertas tradiciones: juego elegante, garra, no bajar nunca de mitad de tabla, desarrollar importantes actividades sociales, etc. pueden ser motivos para que el afiliado se sienta orgulloso de portar los colores de un club.

¿Pero, cómo se explica esto en el caso de los que nunca consiguen nada?
Esos que viven eternamente colgados del último escalón de la tabla de posiciones de algún torneo pobre del interior, tratando de salvarse del descenso directo o –directamente- siempre descendiendo, indefinidamente.
A esto encuentro solo una respuesta: los clásicos. Se trata de rivalidades que se forjan a lo largo del tiempo: por tratarse siempre de partidos parejos (a veces ganan unos, a veces otros) o por tratarse de equipos que se encuentran cercanos geográficamente, encuentros como “Guillermo Brown de Madryn-Rivadavia de Lincoln”, “Defensores Unidos-Liniers”, “Berazategui-Central Ballester”, etc. se convierten en toda una motivación para aquellos que, en realidad, no disputan nada.

Ahora, para algunos casos parece imposible encontrar una justificación: yendo al caso particular el campeonato de la UNQ, sirve como ejemplo el caso puntual del equipo llamado “la intercataveta”; en este caso, la pregunta sobre el “qué los mantiene unidos” se hace difícil de responder.

¿Qué los mantiene unidos?, ¿qué los hace volver a inscribirse en el mismo torneo después de sus constantemente patéticas y lamentables actuaciones?, ¿qué los hace no borrar a ese bobo que pudre todos los partidos y no juega a nada? El haber pasado varias veces la primera ronda y el llegar a una definición por penales contra la gloriosa mandarina parece poco de que jactarse.
Lo peor, esto es lo más difícil de explicar, es que los hemos visto llorar y consolarse entre ellos después de dicha eliminación por penales... en este campeonato super amateur!!!, como si fuera un desafío internacional y como si ellos fueran muy buenos y la vida fuera tremendamente injusta por dejarlos afuera en instancias tan tempranas... no, la vida puede ser muy injusta, pero este no es el caso.

Sigo: su actitud es totalmente incomprensible, nunca ganaron nada, nunca pasaron los octavos de final y nunca van a hacerlo, no tienen potencial (possest). Tampoco tienen un “clásico”: quizás alguno de nosotros, yo incluido, se equivocó mencionando al partido de la fecha como tal pero no, graso error, era un partido especial, por que ellos, después de ser eliminados en “octavos” dos veces seguidas por la misma vieja mandarina (la última, con aquella histórica definición por penales donde, remarcando la incompetencia de los vencidos, la valla cítrica se hallaba vacante), iban a querer ganar si o si. Pero bue, solo con las ganas no alcanza.

Sigo pensando en qué es los que los une: siempre los mismos tarados, ataviados con sus horribles camisetas de River a la que veneran como si se tratase de hábitos merovingios. Siempre los mismos cinco rústicos entre los que no se encuentra siquiera uno que pueda dar el plus de calidad necesario para obtener algún buen resultado. Tampoco se sabe que los hace salir sacados a matar a patadas al rival, como si con eso lograran algo.

¿Dónde comienza su “novela grupal”, cuál es su “mito de origen”?
Quizás habría que buscar alguna pista en su nombre, y para esto primero habría que saber que es “cataveta”. No se, con los agregados de “inter” y su artículo “la” parece algo importante, como una nave interespacial...
Quizás ese nombre rimbombante tenga que ver con la actitud, aunque también, posiblemente, les esté jugando en contra: mientras unos elegimos un nombre que nos caricaturiza, quitándonos toda presión respecto a “lo que hay que demostrar”, los otros eligen un nombre ostentoso, que los obliga a justificar su soberbia y los somete a una presión cada vez más grande a medida que no aparecen los resultados.

Nuevamente me pregunto, ¿qué carajos es la intercataveta?
Quién sabe, puede ser la Biblia pagana con la que adoran a sus falsos ídolos riverplatenses (panteón en el que se pueden encontrar mártires nefastos como Ricardo Rojas o Pipino Cuevas) o la pastilla que les levanta a niveles increíbles la autoestima.

Para mi, La Intercataveta es solo una construcción ficticia: fundada sobre la piedra de la creencia de que son buenos pero pierden por que el mundo (en especial el réferi) entero conspira contra ellos, uno se pregunta cuánto tiempo tardará en desmoronarse. ¿Cuánto tardará su piedra basal en convertirse en arena?
Creo que esto está sucediendo poco a poco, a puro mandarinazo.

Firmado:
El mismo maleducado de siempre.

P.D.: hasta acá fue una especie de análisis psico-sociológico de las alternancias del momento.
Supongo que el análisis propiamente futbolístico del encuentro entre la humilde [pero que si tiene motivos para estar unida] mandarina y los infelices ya mencionados aparecerá en estos días en el blog de Veleta porque, como dijo el diez cítrico, “lo de Fatigatty” es más popular.


*Estos cantos son un tema aparte, crean imaginarios donde el honor pasa por “seguirte a todas partes” sin que “aunque ganes o pierdas me importe una mierda”. Quizás, si la gente dejara de ir al estadio cuando ve que su equipo entra en decadencia, los dirigentes no podrían vaciar y hundir sus clubes tan tranquilamente... demasiado tarde para Racing e Independiente, los de River tal vez estén a tiempo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy entretenido el post... Me gustó lo de: ..."¿Cuánto tardará su piedra basal en convertirse en arena?"... y lo de ... "los recuerdos de años gloriosos, perennizados por los cantos de la hinchada"...
Ahora bien, quienes son toda esa gente de la foto?
Slds!

Uno de nosotros dijo...

... y, ya lo dije, son imitadores.
Todos los grandes tienen su imitador, los tiene Calamaro, los tiene Charly... los tiene Sandro!!! cómo La Mandarina no va a tener imitador???

Anónimo dijo...

Aaaaaaaaaaah... pero yo quiero fotos de uds, de los posta... quiero fotos de los integrantes de la Mandarina, carajo!!!

Besitos!

JP Lima dijo...

Se puede hablar de clásicos cuando la rivalidad es tan dispar? o sea, sé que para algún hincha de Nueva Chicago, Velez Sarsfield es su rival a vencer, pero no creo que ganandole a Velez salven un campeonato. Y aparte la comparación es malísima, Chicago alguna vez le ganó a Velez, pero estos muchachos de la intercatabeta... son impresentables. El día que nos ganen (cada vez veo mas lejano ese día) son capaces de pedir una audiencia con el papa, y ofrendarle a su santidad una camiseta de River.

Me encantó tu abordaje psicosociológico del asunto, brindás herramientas de análisis útiles para entender la conducta enajenada de un grupo social intelectualmente limitado, que mistifica una entidad ontológica bajo la falsa denominación de equipo de fútbol.

Y claro, desde ayer se puede acceder a la otra visión del mandarinazo ingresando a:

http://escupiendoelasado.blogspot.com

Anónimo dijo...

Pomelo querido popular o menos popular cada uno tiene su "piedra "ivo" basay/l" !! riguroso analisis el suyo y verdaderamente cierto... estos muchachos rozan lo freak y lamentable... y la mandarina juega sola...trascendio a todos sus integrantes..como dice la frase popular "el personaje se comio a la persona", ahora creo q tenemos fecha libre...hay q optimar detalles hasta ese dia, averiguar contra quien jugamos, q recapacite eber, etc.

Fabricchio dijo...

mandarina sabado 10.30 hs