
En este caso, contradiciendo el típico lema de “call center”, debo decir “SU CONSULTA SI MOLESTA”. Desde este momento no respondo más mails, mensajes o llamados telefónicos a no ser que se trate de alguna invitación para correr atrás de la pelotita.

Nos vemos
El enamorado que no sabe chiflar bajito pero tampoco se suicida.