Más allá de lo desgraciado de la acción, que dejó a un contrario en el piso, revolcándose de dolor y esperando a la ambulancia, hay que decir que la mandarina tiene “ese algo”; tiene ese “no se que” imposible de definir pero que nuevamente terminó por hacer la diferencia.
Y si, hay que reconocerlo, los de enfrente estaban más ordenados, más “metidos” y dominaban el juego. Pero que se le va a hacer, en fútbol no siempre gana el mejor, por eso los goles estuvieron siempre a favor del naranja, que solo atinaba a “tirarla p´delante”, hasta el momento de suspender el encuentro.
Ahora, ¿a qué se debió el bajo rendimiento del equipo que venía haciendo las delicias de la afición? Básicamente, se puede hablar de dos causas: las ausencias y una especie de decaimiento difícil de explicar.
Respecto a lo primero, mientras que los extracomunitarios Juani y Bobadilla volvieron a sus pagos, Balcarse y La Pampa respectivamente, a celebrar el día del padre con sus familias, Fatigatty faltó inexplicablemente con la excusa de “tener que cursar” (esto es muy sospechoso... todo es muy sospechoso, desde que se lo vio haciendo un TP con el más forro de los Intercataveta todos sospechan que JP anda en algo raro)... Heber Ludueña sigue sin dar signos de vida, por lo que ya ni lo contamos.
Respecto al decaimiento, es difícil de explicar, pero posiblemente el clima gris y tristón de los últimos días nos haya puesto medio “depres”, sin mucho ánimo para jugar; o quizás es el frió que viene haciendo, que nos condena a quedarnos en casa entortándonos y mirando televisión en vez de salir ha ejercitarnos un poco para estar “diez punto” para el partido del sábado, haya hecho lo suyo... quizás el desgaste físico nervioso y emocional al que nos somete el final de cuatrimestre, los exámenes, lso trabajos y los EGB´s...
En fin, estuvimos horribles, pero ante la posibilidad de jugar los 16 minutos restantes el sábado próximo, ya contando con todas nuestras figuras y con una módica pero ampliable diferencia de “tres a dos” a nuestro favor, ante la seguridad de que la suerte había estado de nuestro lado, camino a casa solo nos dedicamos a marcar lo [poco] bueno que habíamos hecho:
Román: fue el mejor, aunque un poco deslucido ante el horrible juego general del equipo, anuló la mayoría de los intentos de ataque del rival, intentó ordenar el juego y hasta hizo un gol.
Pájaro: hizo dos goles en donde hubo mucho de “buena fortuna”; también intentó jugar y marcar, pero siempre dentro de un contexto de juego de equipo inexistente.
Maltez: avocado a la marca, nos brindó solo uno de sus pases milimétricos... en sus palabras “lo único bueno que hice fue el pase del gol”. Suficiente por hoy.
Pomelo: mientras estuvo en cancha reguló su ritmo para no dejar a su equipo con uno menos antes de tiempo; paradójicamente, dejó con uno menos al rival. Parafraseando a Maltez diría “lo único bueno que hice fue hacer que se suspenda el partido”. También, mientras el defensor contrario caía descoyunturado a sus pies, habilitaba a pájaro para que fuera libre hacia su segundo gol.
Fin del encuentro.
El próximo sábado será mejor.