Parece que los desprevenidos ingresantes del combinado denominado “FUCK BUSH”, al indagar sobre los antecedentes de su rival, decidieron evitar un bochorno mayor y directamente no aparecer por el gimnasio de la UNQ.
La noticia fue mal recibida por un plantel cítrico que, ante el síndrome de abstinencia futbolística y la necesidad de justificar el viaje desde lugares tan remotos como Carlos Tomás Souriguez o Bernal Oeste, se enfrascó en un apasionante “torneo de penales con pierna cambiada”*.
En eso estaban los muchachos que se quedaron pateando cuando, en la cancha contigua, concluyó el partido que CEPA ganara a otros desprevenidos ingresantes; y, viendo que habían suficientes personas en pantalón corto como para reemplazar a los miembros de la mandarina que ya se habían mandado mudar, se propuso organizar un “amistoso” con el, hasta ese momento, exultante equipo trotskista
Pero la exultancia les duró poco.
Para ser exactos, solo les duró diez minutos: diez minutos fue el tiempo que la mandarina tardó en acomodar las piezas desconocidas a su esquema y empezar a revertir el dominio inicial y la diferencia de tres goles que había establecido CEPA. A partir de ese momento, juego y conquistas de los naranjas iniciaron un alza sostenida que se mantuvo hasta que (cuando el representante de Educación en el equipo de CEPA, en medio de un escándalo de recriminaciones entre compañeros, abandonara intempestivamente el recinto) dieran por finalizada la partida.
Así concluyó esto que, a pesar de no ser más que una práctica informal, dejó enseñanzas para todos: unos aprendieron (o más bien recordaron) que tienen la mística copera y las condiciones para pelear por cosas importantes; los otros aprendieron que a los equipos del ingreso les gana cualquiera y que con tener tres gordos que “la pisan” no alcanza para jugar a ritmo de campeonato.
Será hasta la próxima fecha cuando, espero, habrá un partido que comentar.
Saludos
Para destacar:
-La presencia de Lucas, seguidor incondicional, siempre dispuesto a correr los cierres de sus pantalones que se convierten en bermuda para entrar a jugar en la posición donde se lo necesite.
-Sin hacer nombres, el fantástico nivel y entrega que mostraron todos los representantes de La Mandarina y sus invitados.
El episodio lamentable:
-Los pocos hinchas que concurrieron para presenciar el encuentro se ubicaron en el extremo más alejado de la cancha auxiliar, a unos treinta metros de donde trascurría la acción. Desde ese lugar, se dedicaron a estarse quietos como dos marmotas invernales... sin saltar, sin cantar, sin alentar, sin escupir al line-man, arrojar objetos contundentes o insultar a los contrarios. Para peor, cuando el capitán de La Mandarina se acercó para pedirles que lo inviten a tomar una birra, le respondieron “fuimos a comer, así que no tenemos más plata”.
Estas cosas son las que alejan a la familia del futbol.
*Competencia ganada por Lucas, con un acierto sobre diez pateados... el otro en convertir había sido Pomelo, pero fue descalificado por los jueces al comprobarse que el remate con el que pudo vencer la valla de Maltez había sido realizado con su pierna menos no-hábil.